Hoy os traigo una entrada para los amantes del té (como yo). Pero no es una entrada cualquiera, de las que tratan temas como los tipos o las propiedades. Quería hablar de la otra utilidad quizás no tan conocida del té, que no es otra que las múltiples posibilidades gastronómicas que este producto ofrece. Qué, ¿Te animas?
Usar el té u otras infusiones típicas, como puede ser la menta, a la hora de cocinar puede ser muy enriquecedor para nuestros platos descubriendo nuevos sabores. Es cierto que es más habitual en el plano de la repostería pero cocinar con té es algo que va más allá de los métodos culinarios a los que estamos acostumbrados en nuestro día a día.
Como siempre os digo, apostad por la materia prima de calidad, ya que tanto el sabor como la calidad final puede depender mucho de ello, pero no sólo para cocinar, también cuando queramos prepararnos una infusión. Lo mejor es comprar el té en paquetes a granel con las hojas sin pulverizar, tiene que ser fresco y comprarlo en pequeñas o grandes cantidades según la frecuencia en que lo uséis, ya que se seca. Debe ser guardado en un lugar fresco y seco dentro de algo hermético.
Esto es como todo, se puede experimentar e ir probando combinaciones pero nunca viene mal recordar los sabores y aromas que combinan mejor con cada tipo de té, sobretodo para lograr una mayor armonía, potenciar los sabores y que el contrastaste nos resulte agradable.
Empecemos por ejemplo con el té verde. Hay muchas variedades de té verde pero, teniendo en cuenta esto, generalmente es gran idea conjugarlos con sabores campestres, da un toque muy especial a los guisos de pollo y pescado con verduras de hoja verde. Guisantes, puerros, judías verdes, pimientos, frutos secos, espinacas, la vainilla, el chocolate con leche y los aromas florales en general casan muy bien con el té verde. En repostería también queda de lujo, hay infinidad de recetas con éste té.
El té negro la verdad es que siempre suele ser más fuerte. Es por ello que la mejor opción para introducir esta variedad en nuestros platos es usarla en platos de carne donde haya ternera o cerdo, especialmente en guisos y sopas. Los contrastes con tonos cítricos le van genial. Regaliz, canela, pimienta negra, vino tinto, frutas de hueso y la mantequilla entre otras muchas quedan muy bien junto al té negro. La siguiente foto es mousse de chocolate con helado de té negro. Podríamos decir que el té rojo es similar, para sabores más intensos y otoñales.
El cuanto al té blanco, que es más suave y delicado, con lo que mejor combina es con aquellos platos más frescos y con aromas y sabores más sutiles y suaves. Lo podemos utilizar con frutas como la manzana o el melón, chocolate blanco o vainilla y con tubérculos como la patata.
Se recomienda respetar las características de cada té, ya que dependiendo de esto, los tiempos de cocción y la temperatura deben variarse.
SUSTITUIR LOS LÍQUIDOS POR TÉ
Es la manera más fácil de incluir té a nuestros platos, ya que si en alguna de las recetas que estamos haciendo hay que añadir líquidos, los podremos sustituir con alguna de las infusiones o preparados que habremos elaborado previamente. Lo podemos hacer tanto en dulces como en salados, siempre y cuando no nos pasemos con la potencia del té, sobretodo al principio, mientras experimentamos. Podremos utilizar té en lugar de agua, zumos, caldos o bebidas alcohólicas, ya que el té puede aportar mucho sabor sin necesidad de estos.
Lo mejor para añadir el té en nuestra receta es esperar a que nuestra infusión se enfríe, para que a la hora de añadirlo esté a temperatura ambiente. Hay que tener en cuenta también que, por ejemplo en el caso de una sopa, lo mejor es sustituir por té una parte del caldo, no todo.
MEZCLAR DIFERENTES LÍQUIDOS E INFUSIONARLOS
Otra forma de incluir el té es mezclarlo o infusionarlo directamente con los líquidos correspondientes de la receta en lugar de sustituirlos por completo. Es como cuando echamos una pastilla de caldo, azafrán o pimentón a nuestros guisos.
Por ejemplo, podemos infusionar un poco de té verde japonés con la leche o nata que vayamos a utilizar para hacer una bechamel o echar un poco de infusión de menta para enriquecer quizás un plato de carne y potenciar su sabor. Cuece tu pasta o arroz en alguna infusión, ¡Ya verás que toque!
En las recetas dulces pues ya os imaginaréis, podréis infusionar vuestros tés con la leche o la nata de las recetas, jugos... Y podremos hacer postres como helados, bizcochos, arroz con leche o crema pastelera.
COCINAR DIRECTAMENTE CON LAS HOJAS DE TÉ
Finalmente podremos añadir directamente las hojas de té pulverizadas o sin pulverizar (depende de la receta). Por ejemplo, añade una cucharada de té negro a la mezcla de toda la vida de finas hierbas, sal y pimienta para aderezar la carne, comprobarás qué mezcla tan interesante. También se puede utilizar como elemento decorativo en nuestros platos, junto con flores, o en lugar de echar esencias en la repostería (como la esencia de vainilla tan conocida), utiliza una infusión que consideres más acertada.
En los platos salados utiliza el té como especia, o echa una hoja de té a la olla o a la sartén (al igual que hacemos con el laurel).
Esto y mucho más AQUÍ
Como siempre, os dejo un par de recetas para que se os abra el apetito y os animéis a probarlo jejeje.
¡Bueno! No se vosotros pero yo estoy deseando probarlo. Espero que os haya gustado el post de esta semana tanto como a mí.
¡¡Besos a tod@s!!